5 razones por las que deberías tomar un curso de Crianza Respetuosa

La crianza respetuosa no es solo amor, es conocimiento

Cuando nos convertimos en padres, nos enfrentamos a un mar de emociones: amor infinito, dudas constantes y una necesidad abrumadora de hacerlo bien. Queremos criar niños felices, seguros y emocionalmente fuertes, pero la gran pregunta es: ¿cómo?

La crianza no viene con un manual y, aunque el instinto juega un papel importante, no siempre es suficiente. Muchas veces actuamos desde nuestra propia crianza, repitiendo frases y estrategias que, aunque bien intencionadas, pueden no ser las mejores para nuestros hijos.

Nosotros, como Papá y Mamá con Datos, hemos leído e investigado mucho sobre crianza respetuosa, pero sentíamos que faltaba algo: herramientas prácticas, estrategias aplicables y una guía clara para esos momentos en los que la paciencia se nos acaba o no sabemos qué decir.

Fue entonces cuando decidimos tomar un curso de Crianza Respetuosa y, sinceramente, cambió nuestra forma de ver la crianza. No porque nos diera respuestas mágicas, sino porque nos ayudó a entender qué necesita realmente un niño para desarrollarse con seguridad emocional y cómo podemos brindárselo sin caer en extremos.

Si alguna vez te has preguntado:

 ¿Cómo manejo las rabietas sin perder la paciencia?
 ¿Estoy fomentando una autoestima fuerte en mi hijo?
¿Cómo le doy autonomía sin que se sienta abandonado?

Entonces, al igual que nosotros, este tipo de aprendizaje puede marcar un antes y un después en tu crianza.

En los próximos puntos te contaremos 5 razones por las que creemos que todo padre y madre debería tomar un curso de crianza respetuosa, incluso si ya tiene experiencia, porque la información y el conocimiento nunca sobran cuando se trata de nuestros hijos.

 Vamos con la primera razón: cómo manejar rabietas sin sentirte al límite. 

Razón #1: Aprendes a manejar rabietas sin sentirte al límite

Si hay algo que pone a prueba la paciencia de cualquier padre o madre, son las rabietas. Esa escena clásica: tu hijo en el suelo del supermercado, gritando porque no le compraste su snack favorito. O en casa, llorando desconsoladamente porque le dijiste que era hora de dormir.

Nuestro instinto nos empuja a reaccionar de distintas formas:
❌ Ignorar la rabieta con la esperanza de que se calme solo.
❌ Ceder para que deje de llorar.
❌ Regañarlo o amenazarlo con frases como “si sigues así, me voy” o “los niños buenos no lloran”.

Pero la realidad es que ninguna de estas estrategias enseña realmente a gestionar las emociones, solo reprimen o refuerzan patrones poco saludables.

💡 Lo que aprendimos al profundizar en la crianza respetuosa

Entonces, ¿qué hacer?
En lugar de ver la rabieta como un problema, aprendimos a verla como una oportunidad de enseñanza. Ahora seguimos estos pasos:
✅ Poner nombre a la emoción: “Veo que estás frustrado porque no puedes tener el juguete ahora”.
✅ Validar sin ceder: “Es normal sentirse enojado, pero no podemos comprarlo hoy”.
✅ Ofrecer una alternativa: “Podemos anotarlo en la lista para otro día o jugar con algo en casa”.
✅ Mantener la calma: Porque nuestra regulación emocional es la que le enseñará a regularse a él.

No se trata de dejar que “haga lo que quiera”, sino de acompañarlo hasta que aprenda a gestionar sus emociones sin explotar.

Razón #2: La autoestima de tu hijo se construye en la conexión, no en los elogios vacíos

Si hay algo que todos queremos para nuestros hijos, es que crezcan con seguridad en sí mismos. Queremos que confíen en sus habilidades, que se sientan valorados y que enfrenten la vida sin miedo. Pero aquí viene el dilema: ¿cómo se construye una autoestima fuerte?

Por mucho tiempo creímos que bastaba con llenarlos de elogios:
✨ "¡Qué inteligente eres!"
✨ "Eres el mejor en todo lo que haces."
✨ "Estoy orgulloso de ti porque sacaste una buena nota."

Pero pronto entendimos que este tipo de frases pueden tener el efecto contrario. Cuando un niño solo recibe aprobación basada en logros o características superficiales, puede volverse dependiente de la validación externa y dudar de su valor cuando las cosas no salen bien.

💡 Lo que aprendimos sobre el desarrollo de una autoestima sana
La verdadera autoestima no se construye en los aplausos, sino en la conexión y el apego seguro. Un niño desarrolla confianza en sí mismo cuando siente que es amado incondicionalmente, no solo cuando se porta bien o hace algo impresionante.

📌 ¿Qué podemos hacer en lugar de elogios vacíos?
✅ Enfocarnos en su esfuerzo más que en el resultado:
🔹 En lugar de “¡Eres tan inteligente!”, decir “Veo que trabajaste duro en esto”.
✅ Mostrarles que su valor no depende de lo que logran:
🔹 En lugar de “Estoy orgulloso de ti porque ganaste”, decir “Estoy orgulloso de cómo te esforzaste”.
✅ Hacerlos sentir vistos y validados todos los días:
🔹 Mirarlos a los ojos cuando nos hablan, escuchar con atención y estar presentes en su mundo.

Razón #3: Equilibrar protección y autonomía es más difícil de lo que parece

Como padres, tenemos un instinto natural de proteger a nuestros hijos. Queremos evitarles el sufrimiento, ayudarlos en cada paso y asegurarnos de que siempre estén bien. Pero, ¿hasta qué punto esa protección les ayuda y cuándo comienza a limitar su independencia?

Este fue un dilema constante para nosotros:
❌ Si interveníamos demasiado, sentíamos que no les dábamos el espacio para crecer.
❌ Si los dejábamos demasiado libres, temíamos que se sintieran desprotegidos o inseguros.

La autonomía es una necesidad fundamental en la infancia, pero los niños no pueden desarrollarla sin un refugio seguro al que volver. El gran reto es encontrar el equilibrio entre permitirles explorar y estar ahí cuando nos necesiten.

💡 Lo que aprendimos sobre la autonomía y el apego seguro
Un niño no se vuelve independiente porque lo dejamos solo a su suerte. Se vuelve independiente cuando sabe que puede contar con nosotros, lo que le da confianza para explorar el mundo por sí mismo.

📌 ¿Cómo podemos fomentar autonomía sin sobreproteger?
✅ Ofrecer opciones dentro de límites saludables:
🔹 En lugar de “Tienes que ponerte esta ropa”, decir “¿Prefieres la camiseta azul o la roja?”.
✅ Permitirles cometer errores pequeños para que aprendan:
🔹 En lugar de hacer la tarea por ellos, guiarlos para que encuentren la solución.
✅ Mostrarles que siempre estaremos ahí si nos necesitan:
🔹 Un niño que sabe que puede regresar a un lugar seguro, se atreve a explorar más.

Razón #4: Evita patrones de crianza que dañan el vínculo

La forma en que nos comunicamos con nuestros hijos moldea su manera de verse a sí mismos y de relacionarse con los demás. Sin embargo, muchas de las frases que usamos a diario—porque las escuchamos de pequeños o porque parecen "funcionar" en el momento—pueden dañar el vínculo y afectar su autoestima sin que nos demos cuenta.

Algunas frases que antes creíamos inofensivas:
❌ “Si no te apuras, me voy sin ti” → Inseguridad y miedo al abandono.
❌ “No llores, no es para tanto” → Invalida sus emociones.
❌ “Si te portas mal, mamá/papá no te quiere” → Refuerza el amor condicionado.
❌ “Eres muy sensible, no hagas drama” → Enseña a reprimir sus sentimientos.

No lo hacemos con mala intención, pero estas frases envían mensajes muy claros a los niños: “tus emociones no importan”, “el amor depende de cómo te comportes”, “si expresas lo que sientes, estás mal”.

💡 Lo que aprendimos sobre la comunicación en la crianza respetuosa
El lenguaje que usamos con nuestros hijos se convierte en su diálogo interno. Si queremos que crezcan seguros y con confianza, debemos asegurarnos de que nuestras palabras les transmitan seguridad, amor incondicional y validación emocional.

📌 ¿Cómo podemos cambiar nuestra forma de hablar?
✅ Sustituir amenazas por afirmaciones seguras:
🔹 En lugar de “Si no vienes ahora, me voy”, decir “Te espero, pero en un minuto nos vamos”.
✅ Validar sus emociones en vez de minimizarlas:
🔹 En lugar de “No llores, no es para tanto”, decir “Entiendo que estés triste, estoy aquí contigo”.
✅ Transmitir amor incondicional:
🔹 En lugar de “Si te portas mal, no te quiero”, decir “Aunque me enoje, siempre te quiero”.
✅ Aceptar su sensibilidad en lugar de invalidarla:
🔹 En lugar de “No hagas drama”, decir “Es normal sentirte así, te ayudo a calmarte”.

Razón #5: La crianza respetuosa no solo transforma a los niños, también a los padres

Cuando empezamos este camino de la crianza respetuosa, lo hicimos pensando en lo mejor para nuestra hija. Queríamos que creciera con seguridad, autoestima y un fuerte vínculo emocional con nosotros. Pero lo que no esperábamos era que este proceso también nos cambiaría a nosotros como padres.

💡 Criar con respeto nos obliga a mirar hacia adentro
Antes de querer transformar la manera en que educamos a nuestros hijos, tuvimos que revisar nuestra propia historia. Nos dimos cuenta de que muchas de nuestras reacciones automáticas—levantar la voz, perder la paciencia, minimizar emociones—venían de cómo fuimos criados. No porque nuestros padres lo hicieran mal, sino porque criaban con las herramientas que tenían en su momento.

Nos preguntamos:
🔹 ¿Cómo gestionamos nuestras propias emociones?
🔹 ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar el llanto o la frustración de nuestros hijos?
🔹 ¿Qué frases queremos eliminar de nuestro vocabulario?

📌 Lo que aprendimos en este proceso:
✅ Nos volvimos más conscientes de nuestras reacciones. Ahora, en lugar de responder con impulsos, nos tomamos un segundo para pausar y conectar antes de actuar.
✅ Aprendimos a reparar cuando nos equivocamos. Porque sí, seguimos perdiendo la paciencia a veces, pero ahora sabemos pedir perdón y mostrarle a nuestra hija que los errores también son oportunidades para aprender.
✅ Cambiamos el enfoque de la crianza. Antes nos preocupábamos más por “que nos obedeciera”, ahora nos enfocamos en que aprenda a autorregularse y a tomar decisiones desde la seguridad, no desde el miedo.

Nuestra experiencia con este curso y por qué lo recomendamos

Después de leer e investigar sobre crianza respetuosa, sentíamos que entendíamos el concepto, pero nos faltaban herramientas concretas para aplicarlo en el día a día.

📌 Tomamos este curso porque queríamos:
✅ Manejar mejor las rabietas sin perder la paciencia.
✅ Aprender a equilibrar autonomía y protección sin caer en la sobreprotección.
✅ Fortalecer la autoestima de nuestra hija sin depender de elogios vacíos.
✅ Romper patrones de crianza que no queríamos repetir.
✅ Conectar más con nuestra hija y criar con más confianza.

Desde la primera sesión, nos dimos cuenta de que no era solo teoría, sino que cada módulo traía ejercicios, reflexiones y estrategias aplicables en nuestra vida cotidiana. Aprendimos a:

💡 Identificar y mejorar nuestro propio estilo de crianza
Nos dimos cuenta de qué reacciones automáticas venían de nuestra propia historia y cómo podíamos cambiarlas para ofrecerle a nuestra hija un entorno más seguro emocionalmente.

💡 Responder a las necesidades emocionales de nuestra hija sin sobreprotegerla
Aprendimos a validar sus emociones sin minimizarlas ni solucionarle todo de inmediato, dándole las herramientas para desarrollar su propia regulación emocional.

💡 Fortalecer su apego seguro con estrategias diarias
Desde pequeños gestos de conexión hasta cómo abordar los momentos difíciles, el curso nos dio herramientas prácticas para fortalecer nuestro vínculo con ella.

🌱 El impacto:
Hoy sentimos que estamos criando con más seguridad y consciencia. No significa que nunca perdemos la paciencia o que siempre hacemos todo bien, pero ahora sabemos cómo reparar, cómo conectar y cómo seguir creciendo juntos.

Si alguna vez has sentido dudas en la crianza o quieres herramientas reales para acompañar a tu hijo desde el respeto, este curso es una inversión invaluable.

📢 ¿Quieres más info? Aquí te dejamos el enlace para que lo explores:

La crianza es un viaje lleno de aprendizajes, desafíos y momentos que nos ponen a prueba. No hay una única forma de hacerlo bien, pero sí existen herramientas que pueden hacernos el camino más claro y llevadero.

Nosotros tomamos este curso porque queríamos criar con más confianza y menos culpa, y hoy podemos decir que fue una de las mejores decisiones que hicimos como padres. No solo nos ha ayudado a comprender mejor a nuestra hija, sino que también ha transformado la forma en que nos relacionamos con ella.

💡 Ahora queremos saber de ti:
📌 ¿Cuál ha sido tu mayor desafío en la crianza?
📌 ¿Qué estrategias te han funcionado para conectar mejor con tu hijo?
📌 ¿Has pensado en formarte más en crianza respetuosa?

Déjanos tu comentario o respóndenos en nuestras redes, ¡queremos leerte! Y si crees que este curso también puede ayudarte, aquí te dejamos el enlace para que lo descubras:

📢 Más información sobre el curso aquí 👉 Quiero Saber del Curso

Gracias por acompañarnos en este espacio de aprendizaje y reflexión. Juntos estamos construyendo una crianza más consciente, amorosa y respetuosa. 💙